12.03.2011

rosas

Cada vez que volvía de clase, en mi urbanización, pasaba por delante de un bajo con balconcito. En el balcón había plantas verdes, siempre verdes, nada de color.
Un día apareció una rosa roja, era preciosa, la rosa más bonita que he visto, la rosa que cualquier chica desearía recibir.
Día tras otro, cada vez que pasaba miraba la rosa. Cada vez me parecía que era más bella, más fascinante, incluso pensé en arrancarla varias veces. Siguieron pasando los días, y llegó uno en el que la rosa me pareció extraordinariamente extraordinaria. Me dejó sin palabras ante tanta belleza. Los días siguientes a ese, la rosa empezó a pudrirse. Al contrario de cuando se ponía más y más bonita, que lo hacía lentamente, ahora se pudría rápidamente.
Hoy he pasado por delante del balconcito. La rosa no estaba.
Supongo que algo así ha pasado conmigo.

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